sábado, 19 de diciembre de 2009

Fruto de la imaginación.


Noviembre se esfumó hace semanas, y diciembre nos espera a la vuelta de la esquina.
En las noches, andando por esta pequeña ciudad... apenas vemos las estrellas venir y pasar, pero siempre nos quedará la perfecta y preciosa luna.
La lluvia empezó a caer y a penas salir de la cafetería, gotitas heladas mojaban mi piel. Me apetecía estar tranquila y algo aislada de la multitud, eso sería fácil ya que la gente correteaba de un lado para otro buscando un sitio no muy lejano para resguardarse.

Mientras caminaba por aquellas calles húmedas y no muy cálidas, pensaba hacia dónde ir. Cerré los ojos y me vino a la cabeza la imagen de una playa, así que me dispuse a ir. Por lo menos allí me relajaría debajo del puente mientras escuchaba las olas del mar llegando a la orilla.
Para llegar hasta ahí tenía que pasar por una plaza, no muy agradable para mí. Pues, la gente de allí me resultaba hipócrita y copias.
Intenté ocultarme entre las grandes palmeras, pero aún así sentía como cada mirada se clavaban en una sola persona, desgraciadamente era en mí. Pasé de desapercibida y mientras bajaba las escaleras me fijé en un grupo de chicos jugando a las cartas sentados en la arena debajo de una sombrilla algo rara colocada en la playa desde Marzo.
Les quité la mirada porque tenía el pensamiento de que me dirían algo. Así que fui directa al puente. De mi mochila saqué mi libro preferido y empecé a leer. Creo que era la mejor forma de aislarse del mundo que andaba un poco perdido y no muy cuerdo. En este caos la cuerda era yo, pero claro para los demás solía ser un bicho raro. La verdad es que no me gustaba relacionarme porque me sentía fuera del ambiente.

El viento empujaba mi pelo y sentía escalofríos, mientras seguía las líneas de aquel gran libro escuchaba pasos de alguien acercándose a mi posición. Miré de reojo, y observé una sombre de un chico esbelto.
Él quiso esquivarme, y se colocó en posición paralela a mí. Llevaba una mochila y también sacó un libro, observando la portada me fijé que era el mismo libro que yo estaba leyendo.
Me salió una carcajada, y el muchacho me miró. Quizás pensase que esa risa fuera causada por él, pero no era así. Me remangué la chaqueta y miré mi reloj, las 21:02. Pensé que ya era hora de regresar a casa, aún me quedaba una larga noche de estudios.
Cogí mi maleta y deposité el libro y sin más me fui de la playa. Otra vez empezó a llover, pero con mas fuerza. Metí la mano en mi bolsillo e intenté sacar las monedas de mi pantalón, una vez contadas reuní 5 euros y enseguida paré a un taxi.

-¿Puede llevarme a la Calle Argentina?
-Sí, cómo no.

Mientras, me mantenía en silencio, sólo se oía la radio y una mujer diciendo distintos destinos y yo me entretenía viendo los coches pasar.
-Es aquí.
-Son 4 euros.
-Tome.
-Gracias.

Nada más llegar a casa, me quité mis botas que estaba empapadas las cuales me dejaron los pies congelados. Saludé a mi madre para avisarle de que había llegado.
Me encerré en mi habitación y saqué las cosas de la mochila que también estaba algo mojada, fui hacia la estantería y alcancé mi libro de literatura y empecé a estudiar.

A las 00:00 hice un pequeño descanso y me puse con el ordenador. Entré en mi correo y alguien me había enviado un e-mail.

Hoy te vi y la verdad me quedé helado, he observado que tienes buen gusto por la literatura... Me impresionó verte ahí sola, pero igualmente eso me atrajo a ti. Espero que contestes pronto.
Saludos:
El chico de la bufanda azul.

Como vi que tenía dirección de correo electrónico le agregué y me estuve esperando a que me aceptase. una vez conseguido que lo hiciera, me dispuse a hablarle, en su Nick no ponía nombre así que no sabía como llamarle.

-Hola.
-Hola, ¿quién eres?
-Soy la chica a la que le enviaste ese mail.
-Ah sí, gracias por agregarme.

-¿Cómo has conseguido mi dirección?
-Un amigo mío te conoce.
-Ah, ¿pero, como sabía que era yo, aquella chica que estaba en la playa?
-Digamos que él estaba también allí. Y yo, pues ... ya te me había fijado en ti mientras bajabas las escaleras con ese gorro francés y tu larga melena al viento.
-Sonreí.-Bueno está bien.
-Veo que eres una chica muy curiosa.
-Más bien me gusta saber.
-Bueno, es algo inteligente.
-Sí.
-Háblame de ti, quiero saberlo todo.
-No soy gran cosa.
-Pues pareces muy interesante.
-Quizás eso te parezca a ti, pero para el mundo no soy nadie.
-¿crees que eso es verdad?
-Seguramente.
-Pues quizás estés equivocada...
-Bueno, si tanto te intereso, hazme preguntas.

Estuvimos preguntándonos un buen rato, y la verdad que cogí afición a eso de hablar con él. En la semana, no había día que no hubiéramos hablado y siempre nos quedábamos hasta altas horas de la madrugada.
Él me hizo una propuesta, la cual acepte sin más.

-¿Te gustaría quedar en la playa debajo del puente este viernes?
-No me parece mala idea. ¿A las 18:00?
-Exacto.

Era jueves, por lo tanto mañana lo vería, la verdad que no estaba nerviosa porque él se parecía tanto a mí... era como si lo conociese de toda la vida.
Al salir de clase, hice los deberes rápidamente para poder prepararme y salir lo antes posible. Era un día frío y si habíamos quedado en la playa aún más.

Una vez que agarré mi mochila y deposité varias cosas incluyendo mi libro, salí de mi casa. Cerca de la playa, otra vez pasé por aquella plaza; pero esta vez no había miradas que me acecharan. Me sentía bien y con ganas de conocerle, así que rápidamente crucé el paso de peatones y bajé por las escaleras. Aligeré el paso y alcancé el puente.

Miré mi reloj; las 17:55. Fui algo puntual, pero pensé que él también lo sería...
Esperé y esperé, pero allí no apareció nadie. Apenada y disgustada me asomé al borde del puente y me quedé mirando el horizonte. Deposité mi mirada un poco más abajo y cuando quise darme cuenta, había una bufanda azul flotando debajo de mí.

La recogí y la guardé, esperé una hora más pero él siguió sin aparecer. Enfadada volví a casa y me volví a conectar al correo. Otra vez tenía un mensaje de él.
-Quizás vaya, pero no estaré para verte. Te dejé un regalo para que me recuerdes siempre. Espero que lo hayas encontrado. Siento no haber podido verte en persona, pero también debo decirte que soy un mero pensamiento en tu cabeza y fruto de tu imaginación y que quizás, cada noche perturbe tus sueños y podamos hacer el mundo más sencillo.

Cuando leí esto, mi cabeza empezó a dar vueltas y como una histérica busqué en mi maleta aquella bufanda color azul; la cual se había convertido en una bolsa de basura negra en mal estado.

Sobresaltada me desperté, estando apoyada sobre mi libro de literatura... el corazón palpitaba con gran intensidad y mi cabeza agetreada desvariaba sin cesar.

domingo, 8 de noviembre de 2009

A las 7, en la 5ª avenida.


Cansada de sufrir la soledad, de un frío invierno en la calle sentimental del fracaso.
¡Que tristes las horas perdidas enfrente de la ventana viendo la vida pasar!
-Necesito olvidarme de ti- Pensé en voz alta.

Cogí mi chaqueta y me dispuse a salir.Estando en la avenida que doblaba mi calle quise echar un vistazo a mi teléfono, pero me lo había
olvidado en mi habitación. Mientras paseaba sin rumbo fijo, visualizaba las palomas que andaban posandose en las farolas, cada una
en pareja.
Me senté en el banco situado a escasos metros de mí, y medité.
-Necesito convencerme a mi misma-
¿De qué?

Una voz masculina preguntaba trás mi espalda, estaba asustada e inquieta pero tampoco quería darme la vuelta.
-¿Acaso quieres borrar todos los recuerdos que tuvimos?
-No paras de entrar y salir de la vida de la gente sin pedir permiso. -Musité.
-Especialmente de la tuya, no.
-¿Por qué haces esto?
-Porque te quiero.
-si me quisieras no me hubieras dejado.
Las palabras huyeron y con ella un soplo de viento tras mi cuello, sentí escalofrios... me giré y allí ya no había nadie.
¡qué raro!, -pensé.

De vuelta a casa estuve dándole vueltas, no podía ser él.. no podía a ver desaparecido tan rápido. Además tampoco sabía de su existencia desde hace un año y medio.
Entrando a casa, había recibido una nota.

-A las 7 en la 5ª avenida.
Fdo: A.

Toda la tarde pensando si ir o no.. Me reforcé de corage y empape mi corazón de varios escudos..
-¡qué frágiles los corazones y que ilusos los sentimientos! ..

Miré el reloj, -las 18:45- salí por la puerta principal, baje las escaleras y frené mis temblados pasos.
-Sé que puedo.
Seguí mi camino hasta la 5ª avenida, pero allí no había nadie. Me senté en los escalones de una vieja casa, y una sombra se acercaba a mí. Miré mi reloj,
-19:00-, una brisa de aire frío sopló trás mi espalda.

-Eres puntual.
Miré a ambos lados, no había nadie.
-¿quién eres?¿Qué quieres de mi? -dije-
-Parece mentira que ya no te acuerdes de mi.
-¿Tú..?
-¿Yo?
Sí, me marché de tu lado para no causarte dolor.
-¿Dolor? Pues aún así lo causaste..
-Lo sé, y lo siento. Pero no quería que la persona a la que más he querido sufriera por mí, por mi enfermedad.
-¿Enfermedad? ¿De qué hablas?
-Sí, no te lo quise contar.. pero me quedaba por aquel entonces sólo un mes de vida y entonces me convencí a mi mismo de que debía irme de tu lado.
Me quedé sin palabras.. perpleja, me eché a llorar.
-No llores porfavor, no quiero ver tu preciosa cara empapada de lágrimas que no deberían de caer por tus grandes y bonitos ojos verdes.
-Quizás debiste de quedarte a mi lado.
-ALomejor no lo superarías, porque sé que tú me querias como yo a ti.
-Tal véz te siga queriendo y he estado más de 12 meses buscandote... pero eras un caso perdido.
-Entonces ahora que sabes lo que ocurrió no tienes porque buscar más en el pasado.
-¿Cómo hacerlo?
-No lo hagas, tán solo ten presente cada vez que me eches de menos que yo siempre cuidaré de ti, y que; cuando una ráfaga de un suave viento acaricie tus mejillas seré yo que te estaré robando un beso.
-No quiero que te marches.
-Lo siento, yo te quiero; pero ahora ya veo la luz.
-Tan sólo déjame decirte que la luz de mi vida eras y serás tú para siempre.

jueves, 29 de octubre de 2009

Sólo soy, esa cara de idiota.



¿En qué estrella estará? Pregunto cada noche mientras miro al cielo. Pero quizás la respuesta no sea preguntarse por qué.

Me siento idiota por recordar cada vez que pedí tu amor y no me lo daste, por cada palabra sin sentido que te dije, por cada sentimiento que deje soplar como el viento libre para que llegara a lo más profundo de ti.

Sigo aquí, esperando a que vuelvas a dirigirme una palabra que no salga de tu mente, sino de tu corazón; porque quizás sea una señal para darme cuenta de que los sueños puedan llegar a tener finales felices.

lunes, 26 de octubre de 2009

Gracias por hacerme reir aún estando lejos.



Historias de amor,¿acaso existen?
El sentir como una mirada se clava entre pecho y pecho, como espadas que agudizan en tu interior hacen más fuerte las heridas de tu corazón...

-Si supieras el tiempo que gasto pensando en ti...

Una voz profunda en mi cabeza, llamada conciencia sabia que no era sano estar con alguien como él. Me hacía derramar lágrimas de dolor día tras día, noche tras noche... sin que él se diera cuenta de que no podíamos seguir así. No me comprendía, quería hacerme de su posesión... pero jamás lo conseguió, y un día como otro cualquiera me fui de su lado y seguí mi camino, un camino en el que sentí ansias de volar, de crecer.. de ser libre.

Poco a poco, me fui dando cuenta, de que la persona que siempre me hacia reir, y me regalaba sueños escondidos, era un amigo y compañero del alma para toda la vida. Era un regalo para mí, un regalo para él... un sueño para dos. Él me protegería y aún cansado de sonreir, siempre lo hacía por mi... simplemente era, mi regalo más grande.
Aún tengo la esperanza de regalarte mi mejor abrazo y una amplia y delicada sonrisa, aún tengo el deseo de dedicarte todos esos momentos que siempre hemos mencionado y aún no se han podido cumplir.

-Gracias por existir :)

viernes, 16 de octubre de 2009

Nunca Jamás


La sonrisa mas encantandora y dulce se reflejaba en mi mirada. No me importaba ser más mayor.. pero quizás añorase soñar con un mundo lleno de fantasías...

Mi madre siempre me decía que no era necesario crecer para olvidarse de todas las cosas maravillosas de nuestra infancia, pues en nuestro interior simpre existiría un Peter Pan.
Últimamente no paraba de pensar si la Segunda estrella a la derecha existiría.. ¿Habría un mundo distinto allí?
Por más que pensaba, aquella idea no se iba de mi cabeza y tras varias horas intentando coger el sueño una extraña sombra apareció por mi ventana. No quise hacerle caso así que intenté dormir...

Empecé a soñar con una isla, llena de niños perdidos, duendes, animales fantásticos y mágia. Me sentía como una niña pequeña , disfrutando cada momento en el que estaba, allí no existían las preocupaciones...era como rozar la perfección.
No sé porqué, pero algo perturvó mi maravilloso sueño,abrí los ojos y aquella sombra se posó sobre mí... estaba asustada y fue acercandose poco a poco, alcanzó mi oído y susurro unas mágicas palabras:
-‘Que campanilla te cuide, y te guarde’-
Aquella voz tan angelical y dulce hizo de mí una mujer por fuera, y una niña por dentro; lo cual nunca cambiaría ni abandonaría a mi Peter Pan.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Ojalá fuera más fácil.



Yo te quiero a tí, -Dijo con los ojos empapados de lágrimas-
-¿Si me quieres a mí, por qué no vuelves a mi lado? (Pregunté)
Porque a ella también la quiero y no podría dejarla marchar.
-Entonces ólvidame, odiame...y deja que siga mi camino.
¿Crees qué es tan fácil?
-No es fácil, pero tampoco es fácil ver como a alguien al que quieres dice un te quiero sin razón cuando ama a otra persona.
Jamás dije un te quiero sin razón ni sentimiento, pues sabes de sobra que eres imprescindible en mi vida.
-Sí, pero mientras tengas a otra, yo en tu vida no existo... ni para besarte, ni abrazarte ni acariciarte.
No entiendo el porqué de la situación.
-¿Debería marcharme de tu lado?
No te quiero perder.
-Mírame a los ojos y dime que me amas con el corazón primero.
No puedo.
-Entonces Adiós.
No te vayas de mi vida, quédate por un instante..
(Cogí mi chaqueta, sin mirarle a la cara y sin un simple adiós..)
-Me duele aceptar que nuestro amor no sea eterno.
No puedo olvidar que te quiero y dejarte ir.....
-No bastó quererte, Sin medidas.

Aquellos tiempos.


Recordemos momentos en los que nosotros hemos sido los protagonistas.Vivamos el presente y acordemonos tan solo, de lo felices que fuimos en el pasado,para nivelar la ansiedad de volver a ser como antes.

martes, 6 de octubre de 2009

Llueve y las palabras se quedan mudas




Invierno, tardes coloreadas de múltiples colores fríos. La lluvia empapaba mi rostro y mis labios estaban humedecidos. Descansé en una esquina, mis botas estaban mojadas... ¡Maldita la suerte de no llevar a mano un paraguas! -Refunfuñé-

Eché a correr y me resguardé en la parada del autobús. A lo lejos, un muchacho se iba aproximando hacia a mi con un paraguas y una chaqueta oscura. Poco a poco, se acercaba más y más y pude darme cuenta de que era él.
Adoraba su dulce mirada, su entrañable sonrisa blanquecida y su melena de un color castaño.
No quería que me viese, pues estaba echa todo un desastre... pero era demasiado tarde, pues se situaba a tan solo tres pasos de mí.

Él: -Hola. (Pude notar como le temblaba la voz)
-Hola. (contesté)
Él: -¿Puedo hacerte compañía? Es que, yo también espero aquí el bus.
-Sí claro, hay sitio de sobra. ( Se aproximó a mí, cerrando el paraguas y se sentó a mi lado)
Él: Que mal día hace ¿No crees?
-Sí, y encima se me olvidó el paraguas.. como puedes observar estoy empapada
Él: Sí aunque igual de guapa.
-¿Qué? estás de broma ¿No?
Él: - No suelo bromear con la belleza de una chica tan preciosa como tú.
- ¡Deja de decir tonterias anda!

Estuvimos un buen rato riéndonos, esperando a que nuestro transporte llegara. En todo ese rato hablamos sobre miles de temas. Jamás pensé que un chico como él hubiese dicho eso, en mi interior sólo habia un sentimiento, y en este caso era el de felicidad.
Cuando el autobús llegó me miró, y se levantó para que parase. Una vez dentro, se mantenía todo en silencio. Tan sólo se oía el motor de aquel viejo trasto, mi respiración y los latidos de mi corazón acelerado a causa de nervios.
Al lado de él , había una chica del instituto. No paraban de mirarse y de sonreir. No entendía nada y pensé si serían más que amigos.
Llegó mi parada, y tenía que volver a casa. Me levanté y a la misma vez, se incorporaron ellos velozmente.
Me dispuse a despedirme de ambos, pero no me salieron las palabras al ver que sus labios se rozaron..él me miró, yo le miré.Agaché la cabeza y seguí mi camino.
Empezó a llover, y mi corazón entristeció, como el color del cielo se volvió..color frío,como el hielo.

lunes, 5 de octubre de 2009

La amistad



La mayoría de las personas nos preguntamos en la vida millones de cosas, que tal vez no tengan respuestas exactas. Quizás algunas preguntas no necesiten respuestas, sino conocerlas mediantes personas, situaciones...

Hay veces que esas respuestas no aparecen en nuestras vidas, y obtenemos un sentimiento de soledad en nuestro interior. En la vida, hay mucha gente que entra y sale de ella. Algunas perduran por años, otras meses.. otras quizás días. Hasta hace un año no descubrí el verdadero valor de estas simples cuestiones, que han hecho que sean mi punto de apoyo, mis guías y compañeras del alma. Algunas están lejos de mí, otras perduran cerca para regalarme su calor.

No todo el mundo disponemos de estas cuestiones con respuestas, hay personas que están en busca de ellas y temen por equivocarse. Lo mejor es guiarse por el corazón y no las apariencias, tal vez porque estamos rodeados de respuestas con millones de máscaras.

En la vida cometeremos errores, aprenderemos de ellos y estaremos preparados para enfrentar cuestiones inesperadas. Me alegra saber que dispongo de estas respuestas, en este caso me refiero a amigos, personas maravillosas que me demuestran cada día que vale la pena sonreir y vivir la vida a pleno.

Fortaleza



Siempre pensamos que somos fuertes, pero podemos fallar en muchos momentos de nuestra vida. Cada peldaño que logramos alcanzar es un reto más que debemos superar. Es imposible encontrar la perfección, porque no existe. Siempre soñamos con un mundo mejor… con una vida repleta de metas alcanzadas y un amor verdadero que nos guiará hacia la victoria.